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viernes, 4 de enero de 2013


Y la pequeña baifita se percató de que su madre se había ido.., para no volver a ser la misma…
La pequeña cría luchó con todas sus fuerzas y utilizó todas sus armas para aferrarse al vientre de su progenitora.., no quería soltarla, no podría vivir sin ella, sin su cercanía…
Sola.
Sola se quedó en la ladera mientras su madre subía a la cima mirándola de reojo y parándose de vez en cuando para respirar ya que la opresión de su corazón le impedía coger aire…
Pequeña – pensó-  con el tiempo sabrás que cada uno necesita estar solo a veces, que para subir más alto habrá que tirar de uno mismo, que no te quiero menos por irme cada mañana a mi montaña. Yo solo espero cada día a que crezcas lo suficiente para poder acompañarme (si quieres).
Pequeña –baló- te quiero, te quiero….
Pero su cría no la escuchó…, estaba muy ocupada llorando en la ladera.
Frustrada porque su madre.., ya no estaba con ella.., todo el rato…
¿Por qué demonios no soy una cabra mansa?
¿Por qué ser cabra loca?
¿Por qué?
Por ti mi vida.
Por mí.
Por las dos.

martes, 5 de junio de 2012

Mi cría llora mi ausencia

Obligada a partir en busca de comida, en busca de sustento, hay fechas en el calendario que se hacen difíciles para poder ofrecer cobijo y lametazos de amor a mi pequeña cría. Se hace difícil.
Mordiendo mi pata para no dejarme partir, balando y desgañitándose para gritar su total desacuerdo con las reglas del mundo...
Parto, pateo horas y horas, en busca de esa recompensa y esa obligación de llevar comida a casa.
Hoy he regresado de noche.
Ella esperaba con un balido cariñoso y un reconfortante abrazo.
Días duros en el calendario.
Días duros en mis cansadas patas.
Días duros en mi sobrecargada cabeza.
Abrazos reconstituyentes...
De quien más importa...
Mi pequeña baifita...



domingo, 29 de abril de 2012

¿Por qué piensas que no puedes?

Mi anatomía se ha preparado desde mi nacimiento para ello, para la vida en zonas escarpadas: pezuñas duras y ligeras, buen agarre, patas traseras propulsoras, delanteras estabilizadoras, cabeza aerodinámica, piel dispuesta para altas temperaturas y frías noches. Perfecta.

He subido y bajado miles de veces: caminando.
He llegado a la cima cientos de veces: caminando.
He admirado a mis veloces compañeras decenas de veces: porque correr sin parar.

Y en miles de días de existencia como corredora, jamás me había planteado llegar al punto más alto corriendo, corriendo, corriendo.
¿Por qué?
Mi mente ni siquiera se paró a pensar que podía hacerlo, ni siquiera lo intenté.

Y un día me hicieron la pregunta: ¿Por qué no lo haces?
Y mi mente.., cambió.

Ayer lo intenté: preparé mis pezuñas, alimento, bebida y pelaje y comencé a correr.

Llaneo, llaneo y alzo mi mirada: la cima.

Y la subí.

Es increíble: sin apenas jadeos, sin revolucionar mi corazón y sin cansancio en las piernas.
Sólo yo, la montaña y mi mente.

Si lo sueñas, no lo dejes pasar: haz que ocurra.


martes, 3 de abril de 2012

¿Qué es lo que pasa?

Mis pezuñas limándose, dejando piedras y más piedras atrás y aquella palmera a lo lejos es mi primer objetivo.
Llego. La observo. Siento su sombra y escucho el murmullo de las hojas cuchicheando (seguro que hablan de mi).
Miro hacia delante y allí está mi segundo paso: el barranco, aquella cueva. Mi destino en cinco minutos.
Llego. Entro. Mis pupilas se adaptan a la oscuridad. Miro hacia afuera y el cuadro es majestuoso desde mi cobijo.
Abro bien los ojos y lo veo, mi tercer encuentro con la montaña: la cresta.
Corro. Jadeo. Aprieto los dientes y llego.
Estiro mi cuerpo. Levanto el cuello. Hincho el pecho.Respiro lentamente.
Me sobrecoge el paisaje, el viento, la luz...
Se acercan unas compañeras, han llegado a la cima de mi montaña, me saludan,
estiran el cuerpo e, inmediatamente, vuelven a bajar...
No respiran mi aire.
No sienten mi viento.
No observan mi luz.
                                                ...
¿Por qué lo hacen?
¿Por qué quieren llegar a la cima?
Me desconcierta su prisa, me entristece...
Diferentes formas de disfrutar.
Todas válidas.., supongo.
¿Son las nuevas cabras locas?

sábado, 10 de marzo de 2012

Transhumancia 2012

Cientos de animales me rodean, respiran, me miran, me observan, ven mi vestimenta, mis pezuñas preparadas, mi porte, mis músculos en tensión, me temen, creen que soy algo que no soy : su contrincante.
Corremos como posesos hacia un objetivo no a la vista, me adelantan, saltan, corren sin levantar la vista.., dejándose atrás la majestuosidad de la montaña y dirigiéndose hacia tierras más llanas...
Mis molestias en las patas hacen que mi carrera subiendo sea más tranquila  y pueda dedicarme a pensar y a admirar.
Decido encabritarme en las bajadas, dejando atrás miedos y dolores con los que vivo hace decenas de días: disfruto como una posesa, como un auténtico animal de montaña.
Y, cuando ya dejo atrás a muchos compañeros doloridos por la crueldad del terreno, grito por el sentimiento de libertad y le susurro a la montaña que no quiero que se suavice.., quiero , deseo, continuar corriendo y alegrándome el corazón en cada piedra que me encuentro para saltarla, en cada repecho con el que me topo para subirlo, para alcanzar el paisaje que me espera arriba.
Y allí, sin aliento, erguirme y mirar al horizonte, donde está mi próxima meta, muy lejos del bullicio del rebaño, donde la soledad y la buena compañía, harán que salga la auténtica cabra que llevo dentro:
la auténtica CABRA LOCA.

martes, 6 de marzo de 2012

¿Qué ocurre cabra loca?

Miro hacia un lado, respiro, observo la cresta y veo a una cabra.., y no soy yo.
Miro hacia otro lado, respiro, me fijo y veo una cima muy apetecible.., pero veo dos cuernos.., y no son los míos.
¿Sendero de la izquierda o el de la derecha?
Allá donde vaya encontraré compañeros.
La montaña, mi montaña está llena de pisadas .., y no son sólo mías.
¿Dónde estás silencio?
¿Dónde se ha quedado el paisaje panorámico para mi sola?
¿Dónde?
¿Hacia dónde me dirijo si quiero sentir la ausencia de antes?
                                               ...
Fijo mi mirada hacia delante, como siempre.
Allí lejos, más lejos..., he encontrado un montículo, no, no .., es una gran montaña en la lejanía.
Es ahí donde encontraré la ausencia y las sensaciones salvajes perdidas.
Porque soy una cabra que no pisa sendero...
                                             ...
Y hacia ese nuevo paisaje me dirijo.., aunque esté lejos.
..Y llegaré.

viernes, 3 de febrero de 2012

Esa Piedra Verde

Es curioso como un pequeño detalle: una choza en ruinas , un pequeño rincón en esa curva, un color extraño en un paisaje monocromático,un rayo de sol iluminando ese árbol quemado.., hacen grande el recorrido de la cabra loca.
Se detiene majestuosa, cogiendo aire, observando con ojos de arma de precisión, y da con esa piedra verde, solitaria y colocada en el camino ..,¿para qué? ¿por qué?.
¿Por qué en su terreno, en su camino bicolor de amarillos y marrones, aparece esa piedra verde?
Respira, mira el horizonte, y se da cuenta del porqué de sus huellas en la montaña:
La Naturaleza ha puesto ese color ahí para que esta cabra loca se dé cuenta que igual de grande es el esfuerzo por llegar, que el parar a disfrutar de tu medio de vida: esos paisajes y esos sentimientos que dejamos pasar por el ansia de recorrer.., se diluyen a cada paso.., si no te detienes a disfrutarlos.
Cabra loca, gran lección.
Ahora pausa.
Respiro.
Observo la piedra verde.
Me sorprendo.
Miro al horizonte.
Bebo agua con tranquilidad.
Y ahora, veo el camino con aires nuevos.